Violence au Pays Basque espagnol – août 2010

La violence urbaine réapparaît au Pays Basque sud

eitb.com

17/08/2010

Le ministre basque de l’Intérieur, Rodolfo Ares, a exigé que la gauche abertzale condamne les derniers actes de « kale borroka » (violence urbaine).

Une douzaine de bennes ont été brûlées dans la nuit de lundi à mardi à plusieurs endroits d’Azkoitia, un village situé à l’intérieur du Pays Basque sud.

« Tout indique qu’il s’agit d’un nouvel acte de kale borroka (violence urbaine, ndlr), » a estimé le ministre de l’Intérieur du Gouvernement basque, Rodolfo Ares, sur les ondes de Radio Euskadi.

Les actes de kale borroka sont des actes de violence perpétrés par des groupes radicaux de jeunes indépendantistes basques.  Le mouvement de la « kale borroka » est considéré par la police comme la pépinière de l’ETA.

M. Ares a exigé que la gauche abertzale condamne les actes de violence commis à Azkoitia, ainsi que les autres actes de violence urbaine commis ces derniers jours, pour que leur appel à un processus sans violence soit crédible.

D’autres actes de violence urbaine se sont produits ces derniers jours à différents endroits du Pays Basque: 30 bennes brûlées à Zarautz, des camions brûlés à Andoain et un bureau de poste attaqué à Zalla.

La violencia callejera se reorganiza

elcorreo.com

19.08.10 –

El incendio de dos contenedores por parte de media docena de encapuchados en Vitoria alienta la tesis de una reestructuración de las filas radicales

ÓSCAR B. DE OTÁLORA | BILBAO.

La oleada de ataques de kale borroka iniciada hace once días en Ondarroa y Maruri continuó el martes en la capital alavesa con la quema de dos contenedores por parte de media docena de encapuchados. Para la Policía, estos últimos disturbios representan un salto cualitativo dentro de la campaña de violencia callejera desencadenada este mes y, según diversas fuentes, revelan que existe una reorganización dentro de las filas de los radicales, máxime después de que la presión policial ejercida durante meses hubiera dificultado seriamente, o directamente impedido, muchos de sus movimientos.

Las algaradas en Vitoria sucedieron sobre las 21.45 horas en el barrio de Zaramaga. Seis personas con el rostro oculto se acercaron a dos contenedores de la calle Mendoza y les prendieron fuego. Después, huyeron a toda prisa y desaparecieron en las arterias adyacentes.

El ataque marca alguna diferencia respecto a los ocurridos en la madrugada del martes en Azkoitia, o la semana pasada en Zarautz, donde los activistas de la kale borroka llegaron a quemar una treintena de depósitos de basura mientras la localidad celebraba sus fiestas (hasta ahora ha sido habitual que el entorno radical aproveche esas fechas para provocar incidentes). En Vitoria, en cambio, no había festejos y se ha podido comprobar que los violentos iban perfectamente embozados. Expertos policiales afirman que el hecho de que aparezca media docena de personas encapuchadas es ya un indicio de una mayor organización y de una superior decisión de perpetrar una acción de violencia callejera.

Por otra parte, la continuidad en el tiempo de los disturbios -son ya seis ataques de kale borroka desde el 8 de agosto- hace creer a la Policía que existe algún tipo de consigna a la hora de perpetrar esta oleada de altercados. Tampoco se considera casual que dos fiestas importantes como los Sanfermines de Pamplona y La Blanca en Vitoria hayan transcurrido sin ningún tipo de disturbios, y que la escalada haya tenido lugar en estos últimos días.

Según algunos analistas de las fuerzas de seguridad, todavía es pronto para saber qué factores se encuentran detrás de esta activación de la violencia callejera, pero la certeza es que existe una reorganización de las estructuras que entre los radicales se encargan de coordinar y controlar los ataques.

Debilidad

La última operación policial a gran escala contra este entorno tuvo lugar el 24 de noviembre, cuando fueron detenidas 34 personas vinculadas a la organización ilegal Segi en el País Vasco y Navarra. En la redada se localizó material explosivo y manuales para llevar a cabo sabotajes. El auto del juez Fernando Grande Marlaska, que dirigió los arrestos, indica que la intervención permitió abortar una estrategia para desarrollar una campaña de acoso y hostigamiento contra partidos políticos en España y Francia. Durante este año, varios jóvenes que huyeron de las fuerzas de seguridad en aquella ocasión han sido arrestados al otro lado de la frontera.

Según las fuentes consultadas, es muy probable que diez meses después de la citada operación policial se haya producido ya una reestructuración en la organización radical. No se descarta, en ese sentido, que la ausencia de episodios de violencia callejera significativos desde comienzos de año haya estado vinculada a la propia debilidad de esas células de kale borroka.

En lo que sí coinciden todos los análisis es que la kale borroka siempre ha sido uno de los instrumentos con los que ETA ha suplido sus momentos de mayor endeblez. Los expertos no dudan en relacionar el silencio de la banda, tanto en sus actuaciones como a la hora de emitir comunicados, con la propia extensión de la violencia callejera.

~ par Alain Bertho sur 19 août 2010.

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